UNA HISTORIA DE CONCHA... HARTA CONCHA
La semana pasada fue estremecedora para el Partido Nacionalista, en especial para su lideresa. Se tomaron malas decisiones, se trazaron líneas y se hizo una clara muestra del nivel de conchudez que se maneja el partido de gobierno. Como todos sabrán, durante este último par de meses, el caso “Nadinegate” ha estado generando bastante polémica. Preguntas como: ¿Son sus agendas? ¿Es una conspiración del aprismo? ¿Está diciendo la verdad la primera dama? han surgido en la discusión; y con toda razón, ya que Nadine Heredia ha mostrado ser igual de transparente que una pared de ladrillos. Pero la semana pasada, este drama tomó un giro inesperado, el cual fue un autogol de la primera dama.
Con esto, me refiero a la destitución de la procuradora de lavado de activos, Julia Príncipe Trujillo, por el ahora exministro de justicia, Gustavo Adrianzén. Esto se hizo efectivo mediante un documento firmado por: el presidente Ollanta Humala, el primer ministro Pedro Cateriano, el ministro del interior José Luis Pérez y el propio Adrianzén. Esta sospechosa decisión llevó a que cualquier persona con un poco de cerebro, especule que esto fue obra de Nadine. Si ella realmente es inocente y quiere absolverse de las acusaciones, ahora se ve difícil que lo logre (aunque estamos en el Pedú, así que uno nunca sabe).
El primer ministro, la reina y el bufón.
NADINEGATE:
Cuando esto salió a la luz, justo habían pasado dos meses desde que Nadine salió victoriosa en un juicio por lavado de activos (sobrevisto por la misma Julia Príncipe). Dicho caso se trataba de la procedencia sospechosa (y venezolana...) de contribuciones hechas a su partido en el 2005. Ella ganó ese juicio mediante un habeas corpus, pero aun así, por lo que implicaba la evidencia, perdió más credibilidad que Cipriani cuando defiende a pedófilos.
En el momento en que surgió lo de las agendas, la reacción de Nadine fue jurar su inocencia ante los medios. Ella admitió que algunos apuntes eran datos verdaderos de transacciones legítimas, pero etiquetó las agendas como una obra de falsificadores. Aun así, éstas llegaron a las manos de la procuradora de lavado de activos, Julia Príncipe, quien las entregó al Ministerio Público. Nadine calificó estas agendas como pruebas contaminadas y negó su validez ante cualquier proceso legal. En su defensa, salieron teorías de que esto era un complot armado por su ex empleada, Micheline Vargas, en conjunto con Álvaro Gutiérrez (que ahora empleaba a Vargas), propiciado por el partido aprista. A pesar de esto, la procuradora salió a declarar y afirmó que tras una investigación, había concluido que las agendas sí pertenecían a la primera dama. Mencionó que las actividades económicas de Heredia y su familia no justificaban los ingresos millonarios apuntados en las libretas.
Después de esto, Nadine tuvo un lapsus tras un intento fallido de ser shakesperiana. A través de un DM en Twitter, le dijo a Rosa María Palacios: “La verdad es mi letra. Pero no puedo adelantarme…”. Cuando la periodista expuso el tuit, Nadine se arrepintió y salió a declarar que tuvo la intención de decir “la verdad, es mi letra” (o sea, la verdad es su defensa; su firma) ¿La diferencia que hace una coma, no? Bueno, a raíz de todo esto, las agendas se convirtieron en pruebas relevantes para las acusaciones previas por lavado de activos.
Esa Nadine... tira su rrioba cuando teclea
Este caso regresó a la fiscalía, donde se recopilaron testimonios de varias personas relacionadas a las agendas, incluyendo Julia Príncipe. A diferencia de otros personajes que trataron de cubrir a Nadine, ella se mantuvo firme e insistió en la autenticidad de estas libretas. Por consiguiente, se le solicitó a la primera dama que se sometiera a una prueba para determinar si era su caligrafía. Sin embargo, Nadine se negó; dijo que solo aceptaría si se tratara de un proceso legal “justo”. Tras un mes de deliberación, Heredia y su abogado, Roy Gates, no pudieron contra la evidencia. Por esto, el caso pasó al Tribunal Constitucional, donde, después de un voto, derogó el habeas corpus que liberó a Nadine en junio. En otras palabras, se reabrió el caso, y Nadine está volviendo a ser investigada por lavado de activos. Y ahora que ya saben de qué se trata el “Nadinegate”, podemos entrar al nuevo capítulo del “House of Cards” criollo; o como dicen en Utero: "Jato de Naipes".
EL PEDIDO DE LA REINA:
Este pasado martes, 20 de octubre, la procuradora de lavado de activos, Julia Príncipe, fue destituida del cargo que ocupaba desde el 2009, después de 13 años de servicio público. El ahora ex ministro de justicia, Gustavo Adrianzén, manifestó que esta decisión se debió a que ella no pidió permiso para declarar ante la prensa acerca del caso de las agendas (¿y?). Cabe recalcar que la presencia mediática de Príncipe se debía en gran parte a que, durante los últimos meses, el primer ministro Cateriano y Adrianzén habían atentado en contra de su reputación. La habían acusado, constantemente, de estar mintiendo (irónicamente, por decir la verdad acerca de Nadine). Así que sus repetidas declaraciones ante la prensa, tenían que ver más con defender su nombre que con “manchar” el de la primera dama.
Carlincatura del viernes 16 de Octubre. La República.
Aun así, a las cabezas del oficialismo les pareció necesario removerla de su cargo. Como se pueden imaginar, esta decisión causó que todos en el Congreso se vuelvan locos, especialmente las bancadas apristas y fujimoristas. Tanta fue la indignación, que se hizo una petición para censurar al ministro. Incluso se recopilaron los votos suficientes para hacerlo, pero antes de que se pudiera hacer efectiva la censura, Adrianzén renunció a su cargo. Según el ex ministro, la ahora ex procuradora se había vuelto una persona en la cual no se podía confiar, porque durante las últimas semanas había mostrado una actitud “confrontacional”. Argumentó que las acciones de Príncipe ante la prensa fueron “inconstitucionales” y que eso le dio a él (y al presidente, al premier y al ministro del interior) todo el derecho a destituirla.
Añadió que, además, parte de la desconfianza hacia ella, se debe a que su ex esposo está siendo investigado por lavado de activos. Pero, el problema con eso es que ella ha estado divorciada de él desde el 2001, por lo que las acciones de su ex cónyuge no tendrían por qué tener relevancia. Además, Julia Príncipe tiene una trayectoria transparente y objetiva en sus años como funcionaria pública. Ha estado a cargo de casos como el de Comunicore, la mafia de Orellana, y Ecoteva; siempre defendiendo los intereses públicos y no los privados. Incluso, en algunas ocasiones, por solo hacer su trabajo, ha recibido amenazas de sicarios (y con la poca gente honesta que hay en nuestro gobierno, eso dice bastante).
Gustavo Adrianzen vs. Julia Príncipe
Peor aún, cuando se enteró de su destitución, no fue a través de una notificación oficial. Recibió una llamada de una periodista en la mañana del 20, y así fue como se enteró de la noticia. Ante esta evidente muestra de abuso de poder por parte del partido oficialista, Julia Príncipe se pronunció inmediatamente a los medios. Sus palabras fueron:
“Yo soy la piedra en el zapato para el gobierno. Lo que dijo el ministro Adrianzén es una bajeza. Es increíble que el ministro diga eso, no merece estar donde está. El ataque es al mismo estilo de la mafia de Orellana…sé lo que puede venir, estoy preparada para todo. El país se va a dar cuenta de lo que ha pasado. Yo tenía que defender mis principios, la justicia. No soy una procuradora genuflexa.”
“Yo soy la piedra en el zapato para el gobierno. Lo que dijo el ministro Adrianzén es una bajeza. Es increíble que el ministro diga eso, no merece estar donde está. El ataque es al mismo estilo de la mafia de Orellana…sé lo que puede venir, estoy preparada para todo. El país se va a dar cuenta de lo que ha pasado. Yo tenía que defender mis principios, la justicia. No soy una procuradora genuflexa.”
Unos días después, la ex procuradora afirmó que la siguiente semana (o sea, esta semana) estaría tomando acciones legales. Ella considera que la decisión del gobierno fue injusta y arbitraria, y que por esa razón apelará en contra de la resolución que la destituyó. También compartió que se siente preocupada por el rumbo que tomará el caso de Nadine. Lo que le perturba es el hecho de que el presidente Ollanta Humala sea el encargado de elegir al próximo procurador de lavado de activos. Y tiene toda la razón para estar fastidiada. Después de todo lo que ha ocurrido, no queda más que pensar que la persona que el presidente elija, va a ser alguien que trabaje a favor de la primera dama.
Julia Príncipe vs. Nadine Heredia
SALEN LOS CONTRICANTES:
Como era de esperarse, el chancho/vaca/rata, Alan García, no perdió tiempo en entrar a su red social favorita (Twitter) y ofrecer su punto de vista al respecto. Después de escuchar las declaraciones de Adrianzén en defensa de su decisión, el ex presidente tuiteó: “Las respuestas del Ministro en RPP son catastróficas. No se atreve a decirlo, pero saca a la Dra. Príncipe por orden de la reina”. (Ese Alan, siempre tan figurativo) Y por más concha que haya en cualquier cosa que dice RatAlan García, el autor del baile del “teteo” tiene razón. Se supone que vivimos en una pseudo-democracia, no una monarquía. Las acciones del gobierno han dado la impresión de que cuando las cosas no van como ellos quieren, no basta más que manipular el sistema para salirse con la suya. Y aunque nieguen que eso haya sido una muestra recontra cara de palo de corrupción ¿Por qué deberíamos creerles? Tras el juicio de lavado de activos, las agendas y el transfuguismo de varios congresistas, ahora ex nacionalistas, no quedan más razones para confiar en este gobierno. Peor aun con el caso que han armado para justificar sus recientes acciones.
Para empezar, los argumentos detrás de la destitución de Príncipe, son más débiles que los argumentos para que Keiko sea presidenta. Segundo ¿desde cuándo es ilegal declarar ante la prensa? Peor aun cuando esa declaración es algo que ni el peruano menos informado no sabe, y es algo que la procuradora ha repetido en varias ocasiones. O sea, porque las agendas pasaron a ser evidencia concreta para un caso, ¿ya no se puede hablar de ellas? ¿Cuántos casos se ven en la tele semanalmente en que un policía o fiscal revela cada detalle? Como la acusada es la primera dama, ¿entonces no se puede decir nada? O más bien, como una funcionaria pública no está jugando en el mismo equipo que el gobierno ¿está bien separarla de su cargo?
No es por lanzar teorías de conspiración, pero esto huele a que el ex ministro de justicia hizo justicia cuando más le convino; y que destituyó a Príncipe porque ahora que el caso por lavado de activos se ha reabierto, ella presenta la mayor amenaza a la primera dama. Pero, aunque hayan encontrado una manera de asegurar su bienestar legal, la repercusión mediática de este evento solamente ha añadido más leña al fuego (y aquello que se está quemando, peor que un monje budista en protesta, es la pareja presidencial).
Pero ChanchAlan no fue el único que tuvo algo que decir al respecto. La siempre infaltable, hija del imperio del sol, Keiko Fujimori, salió ante la prensa para compartir su opinión. Dijo que este escándalo fue un gesto político que no tiene que ver nada más que con defender a la primera dama e impedir que se sepa la verdad. Además, le pidió al presidente Ollanta Humala, que haga un esfuerzo para que nuevamente se gane la confianza del pueblo peruano (un poco tarde su pedido…). Mostró solidaridad con Julia Príncipe e hizo un llamado a que el próximo ministro de justicia la restituya. Pero, después de eso se hizo un autogol peor que el de Nadine, cuando le exigió al presidente que separe a su esposa del cargo de primera dama. Según Fujimori, Heredia merece esta penalización, por usurpación de poder y por interferir con el orden constitucional.
Como pueden imaginar, esto desató una pelea de gatas entre la primera dama y la hija del ex dictador. Pero antes de que Nadine se pronuncie, el pasado de Keiko resonó por los medios y por el Congreso. El problema con lo que dijo la líder de Fuerza Popular es que la primera dama no es una funcionaria pública, no es un cargo oficial, no es un cargo de verdad; por ende, no hay ningún medio por el cual “remover” a una primera dama. La única vez que eso ha sucedido fue en el año’94, cuando su papá, Alberto Fujimori, separo a su mamá, Susana Higuchi, del cargo y la remplazó con nada menos que con la propia Keiko.
Un poco de sátira de parte de El Diario de Jhon Ney, siempre dándole con palo a los fujiratistas.
Lo peor de todo fue que cuando eso sucedió, salieron a la luz acusaciones de tortura contra el entonces presidente. Así que cuando la china exigió la separación de Nadine del cargo, nadie se demoró en asociar sus palabras con lo que le pasó a su mamá. Fue como que: “Un momento… ¿Keiko quiere que Ollanta dope y electrocute a Nadine en el sótano del pentagonito, y que Illary Humala sea la nueva primera dama?”. De por seguro que la china no quiso decir eso. Pero igual. Después de haber sido primera dama, haber utilizado el puesto para fines personales, y nunca haber sacado cara por su madre, Fujimori es la persona menos indicada para hacer ese pedido. Su intención quizás fue buena, pero hay que tener una concha kilométrica para decir algo como eso.
Esta imagen es para los peruanos olvidadizos. Tomen nota. No a Keiko.
LA REINA SE MANIFIESTA:
Todo esto sucedió poco después de que desmintiera por completo su participación en la separación de Julia Príncipe. Esas respuestas a Keiko quizás fueron lo más emocionante de su discurso. Porque sus argumentos en defensa de las acusaciones en su contra, llevaron a lo mismo de siempre: “soy inocente”. Como si fuese poco, Nadine empezó su declaración una hora tarde. Mientras tomaba agua, se perdía entre los papeles que tenía en mano (seguro no se había aprendido el guion) y miraba hacia abajo con cara de culo, logró calmarse y empezar su discurso.
Lo inició refiriéndose a la decisión del Tribunal Constitucional de reabrir la investigación en su contra por lavado de activos. Dijo que se sentía desamparada por la justicia de su país y acusó al TC de actuar de una manera inconstitucional. Para ella, esta decisión judicial fue obra de la presión política y mediática que esta hostigándola por las acusaciones de corrupción que la rodean. Es decir, atribuyó sus problemas a una “persecución política” y no a sus propios tropiezos (como apuntar tus transacciones ilícitas en agendas y luego perderlas).
En cuanto a la separación de Julia Príncipe, mantuvo el cinismo en su discurso y buscó la manera de convertirse en la víctima de la situación. Dijo que la destitución de la procuradora había sido una decisión que no tenía relación con su caso jurídico. Defendió su posición afirmando que, si en verdad hubiera sido así, sus acciones no hubieran tenido sentido, ya que ella estaría perjudicándose a sí misma. Argumentó que por eso mismo está siendo cuestionada, porque pasó lo que hubiera pasado si ella tomaba la decisión de arbitrariamente destituir a Príncipe. En sus palabras: "Lo que puedo decir con respecto de esa salida (de Gustavo Adrianzén) y de la señora Príncipe es que soy la más afectada".
Carlincatura del viernes 23 de octubre. La República.
Un par de días después, la ex procuradora declaró ante la prensa, y tuvo la respuesta perfecta ante la victimización de Nadine, algo que pone esta cuestión en perspectiva para cualquiera que cree en el argumento de la primera dama. Ella dijo: “Si mi destitución la afecta o perjudica, ha sido su esposo el que ha determinado mi cese y dio por concluidas mis funciones...”. También, añadió, que por decir eso Nadine es una persona “totalmente confundida”. Y efectivamente, ese parece ser el caso: eso o es una mitómana (más bien, creo que está confundida y también es una mitómana).
Primeramente, porque las órdenes para destituir a Príncipe vinieron del tope de la jerarquía gubernamental; es decir, de los súbditos de la reina Nadine (entre ellos, el presidente Cosito). Entonces, esta destitución, no puede haber sido ideada con el fin de hacerle daño a la primera dama. Algunos se estarán preguntando ¿pero acaso no pensaron en las consecuencias? ¿Como la reacción de los medios y el público? Mi respuesta ante eso es sí. Pero igual se llevó a cabo, porque creo que la respuesta que el gobierno tuvo al hacerse la misma pregunta, fue: “que chucha”. Porque si nos detenemos a analizar la actitud del partido oficialista ante todos los escándalos de su gobierno, podemos encontrar numerosos “que chucha”. Y eso me lleva a mi segundo punto. Otra razón por la cual es obvio que Nadine está detrás de esto.
EL "QUE CHUCHA" POLÍTICO:
Este último año de gobierno ha sido difícil para la presidencia Humala-Heredia. Los cadáveres en su armario por fin han logrado salir del closet y eso, más un gobierno mediocre, han dado como resultado una persecución política y mediática (totalmente justificada). Así que, ante las adversidades, los que una vez fueron defensores del pueblo, se convirtieron en los defensores de sí mismos. Se unieron al club de los políticos conchudos y cínicos que han gobernado nuestro país. Por cada escándalo, han tomando un paso más cercano a ser recordados como una de las presidencias más corruptas en la historia reciente.
Y aquí es donde vuelve a surgir el “que chucha” político. Con la aprobación del 12 % del pueblo peruano y una amenaza legal ¡a ellos qué chucha si los medios y la población se indignan! A la mayoría del país, no nos caen bien; pensamos que son ineptos y corruptos (¿por qué será, no?). Entonces ¿por qué debería importarles lo que los demás piensan? Los medios no disponen de poner legal; tampoco vivimos en una democracia, así que cualquier llamado de justicia por nuestra parte, no solucionaría nada. Lo único que le interesa a la pareja presidencial es que Nadine se salga con la suya, ¿y cuál es la manera más efectiva de lograrlo?, interferir con la justicia. Encima, tienen al primer ministro, al ministro del interior, y a numerosos funcionarios públicos a bordo del tren de la corrupción. Así que no hay otra figura de autoridad que les pueda hacer el pare. Con tal de seguir jugando a las chapadas con el poder judicial, ellos felices. Total, les quedan 8 meses de gobierno.
A estas alturas, creo que está claro que la mentira, la conchudez y el cinismo predominan en el discurso político peruano. De Alan a Keiko, a la joyita y el joyón del siglo 21: Ollanta Humala y Nadine Heredia. Tras numerosas acusaciones, respaldadas por evidencia, ellos se han inmutado. No han admitido sus errores y ni han hecho el esfuerzo por decir algo semejante a la verdad (aunque en el caso de Nadine, su letra es su verdad).
Como dicen los gringos, la semana pasada ha sido un shitstorm (una tormenta de mierda) para la pareja presidencial y su partido. Además de este escándalo, también renunció al partido la vicepresidenta de la nación, Marisol Espinoza. Así que se podría decir que las cosas se están yendo en declive para la presidencia. Algunos (los más optimistas) quizás también dirían que a la pareja presidencial le llegó el momento de ser honestos. Pero después de leer este articulo, es fácil concluir que eso no va a pasar. Porque no fue solo la primera dama quien ejerció el arte de la concha la semana pasada, el presidente también tuvo algo que decir; algo que nos mostró que está en el mismo nivel que su esposa. Durante un evento en Puno, calificó la reapertura de las investigaciones por lavado de activos, como una muestra de “inseguridad jurídica”. Así que como siempre, defendió cada error de Nadine. Incluso uno de sus asesores en ese evento respaldó la decisión de Adrianzén de destituir a Julia Príncipe. Y sí, es su esposa, así que nadie espera que se vaya en su contra, pero si el presidente tuviera algo de carácter, decidiría quedarse callado; o mejor aún, no criminalizaría a la autoridad legal del país.
Cualquiera que no esté informado acerca de estos temas, al prender su televisor, puede que se crea las declaraciones de inocencia de la primera dama. Y quizás, sí es inocente (OKNO), porque hasta que el caso esté resuelto, no lo sabremos por seguro. Pero aun así, la evidencia señala todo lo contrario. Como dijo el ex nacionalista Omar Chehade, Nadine era una actriz estrella en sus épocas universitarias, así que no nos podemos guiar por el show que arma ante la prensa.
A lo que voy con todo esto es que lo único que nos queda como ciudadanos, es informarnos y analizar cualquier escándalo que suceda en el ámbito político. Porque todo lo que he expuesto en este artículo no es un caso particular; la corrupción es representativa de nuestra política. Si seguimos siendo indiferentes ante lo que sucede, muchos de nuestros problemas jamás se solucionarán. Por eso es que debemos estar al tanto de lo que ocurre y sacar nuestras propias conclusiones. Tampoco podemos guiarnos por la opinión popular o por todo lo que dicen los medios de comunicación (pero en mí si pueden confiar, les prometo que soy honesto). Debemos tener opiniones informadas y objetivas; y sobre todo saber cómo expresarlas. Si no, el gobierno nos va a seguir agarrando de imbéciles como lo han estado haciendo desde siempre.
Es por eso que para las próximas elecciones, no podemos votar por votar. Tenemos que saber lo que cada candidato tiene para ofrecer, y en base a eso tomar una decisión. Tenemos que votar por alguien que refleje nuestros ideales, que represente los intereses del peruano común; y que, sobre todo, ávidamente crea en la democracia (ehem… sus iníciales son V y M… ehem…) Así que no votemos porque ya pues. Y no votemos porque pensamos que la experiencia política equivale a una buena candidatura. Porque igual como Queen Nadine tiene a sus fieles súbditos que la ayudan a salirse con la suya, el rey Alan y la emperatriz Keiko, tienen a sus fieles subordinados que los ayudan a hacer lo mismo.
A lo que voy con todo esto es que lo único que nos queda como ciudadanos, es informarnos y analizar cualquier escándalo que suceda en el ámbito político. Porque todo lo que he expuesto en este artículo no es un caso particular; la corrupción es representativa de nuestra política. Si seguimos siendo indiferentes ante lo que sucede, muchos de nuestros problemas jamás se solucionarán. Por eso es que debemos estar al tanto de lo que ocurre y sacar nuestras propias conclusiones. Tampoco podemos guiarnos por la opinión popular o por todo lo que dicen los medios de comunicación (pero en mí si pueden confiar, les prometo que soy honesto). Debemos tener opiniones informadas y objetivas; y sobre todo saber cómo expresarlas. Si no, el gobierno nos va a seguir agarrando de imbéciles como lo han estado haciendo desde siempre.
Es por eso que para las próximas elecciones, no podemos votar por votar. Tenemos que saber lo que cada candidato tiene para ofrecer, y en base a eso tomar una decisión. Tenemos que votar por alguien que refleje nuestros ideales, que represente los intereses del peruano común; y que, sobre todo, ávidamente crea en la democracia (ehem… sus iníciales son V y M… ehem…) Así que no votemos porque ya pues. Y no votemos porque pensamos que la experiencia política equivale a una buena candidatura. Porque igual como Queen Nadine tiene a sus fieles súbditos que la ayudan a salirse con la suya, el rey Alan y la emperatriz Keiko, tienen a sus fieles subordinados que los ayudan a hacer lo mismo.
*Y ahora, para que se vayan felices, les dejo el video que muestra los inicios como actriz de la primera dama (después de todo lo que ha estado pasando últimamente, creo que ya puede ser nominada a un Óscar).