martes, 22 de septiembre de 2015

EL DEBATE DE LOS AMARGADOS

Este pasado miércoles 16 de septiembre se llevó a cabo el segundo debate de los candidatos presidenciales del Partido Republicano, transmitido por CNN. Diez hombres y una mujer subieron al escenario en la biblioteca de Ronald Reagan (el Jesucristo de los Republicanos, después de Jesucristo), en California. A diferencia del primer debate que fue transmitido por FOX News en agosto, este duró tres horas y no una, y tuvo un tono mucho más serio. Los candidatos dedicaron menos tiempo a pelear entre ellos y se enfocaron en hablar de sus propuestas políticas, y en hacer publicidad de su historia laboral. Los participantes fueron (en orden de porcentaje en las encuestas): Donald Trump, Ben Carson (neurocirujano que no cree en la teoría de la evolución), Jeb Bush, Ted Cruz (teócrata evangélico), Marco Rubio, Mike Huckabee (teócrata bautista), Rand Paul, Carly Fiorina, Scott Walker, John Kasich y Chris Christie. 


Después de un par de insultos de Trump hacia Paul, y numerosas preguntas hechas por los moderadores para sensacionalizar el debate con la presencia del carismático empresario (Trump), los candidatos tuvieron la oportunidad de exponer sus ideas. La discusión del debate se centró en los temas que se esperaría escuchar en un debate republicano: política internacional en el medio oriente, "libertad religiosa", inmigración ilegal y la demonización de Planned Parenthood (una organización dedicada a la salud de las mujeres, con solo un 15 % de actividades dedicadas al aborto; algo que enfurece a los republicanos). La cobertura de estos temas en el debate, se resumió en: 

1. Los Estados Unidos tiene que reforzar su ejército (a pesar de que tiene el presupuesto militar más grande del planeta: 560 billones de dólares, es decir un 40 % de su presupuesto fiscal), y hacer que su presencia se vuelva a sentir en el mundo.

2. Existe una "persecución" en contra del cristianismo en los EE. UU. porque a las personas penalizadas por discriminar a homosexuales se les está "negando" la posibilidad de ejercer sus "creencias" religiosas.

3. Se tiene que construir una pared entre EE. UU. y México, hacer que los ilegales en EE. UU. trabajen para pagar los impuestos que no han pagado o si no serán deportados, y monitorear a los inmigrantes legales que abusan de la estadía que les otorga su visa. 

4. Planned Parenthood es una organización inhumana y cínica que está traficando los cuerpos de niños muertos (sí, eso dijeron, niños), con fines lucrativos. 


Otras preguntas hechas a los candidatos fueron si los millonarios, billonarios y corporaciones deberían pagar más impuestos (algo a lo que todos, menos Trump, se opusieron); si hacer algo al respecto del cambio climático es parte de su política (algo que clasificaron como una conspiración de la izquierda); y cuál era su punto de vista respecto a la legalización de la marihuana. Debido a que todos los candidatos sostienen ideas similares acerca de los problemas que ellos consideran que son relevantes, este debate se trató bastante de ver quién era más conservador que el otro. Cuando uno decía algo que apela a la base republicana (o sea, algo autoritario o teocrático), el siguiente en hablar decía algo aun más conservador. Fue, además, una batalla de egos. El que hablaba más fuerte, el que respondía a los comentarios del otro más rápido, el que alardeaba más acerca de su carrera política (o empresarial en el caso de Fiorina y Trump), y el que aparentaba ser más conservador, parecía ser el que recibía más aplausos.

*Donald Trump y Jeb Bush discutiendo cómo dos niñas escolares

Sin embargo, hubo algunas discrepancias respecto a algunos temas. Rand Paul, por ejemplo, argumentaba que la legalización de la marihuana cumpliría con la ideología conservadora que promueve los derechos individuales. Por otro lado, Chris Christie y Carly Fiorina dijeron que es una droga peligrosa que lleva a peores sustancias; y Jeb Bush dijo que a pesar de que el fumó de joven, no sería lo "correcto" legalizar esa planta. También hubo desacuerdos con el tema de inmigración. Jeb Bush tenía un punto de vista menos radical que el de sus competidores: sugirió que se tiene que asegurar la frontera, pero darle amnistía a los ilegales que ya están en EE. UU. En cuanto al tema de la política exterior, era lo mismo. Mientras Mike Huckabee, Chris Christie, Scott Walker y Carly Fiorina sugerían mostrarle al mundo la hombría estadounidense mediante la excesiva militarización, Rand Paul y Trump argumentaron que el pasado nos ha enseñado que intervenir en el medio oriente solo causa más problemas.

*Carly Fiorina, John Kasich y Pig Christie Chris Christie

La campeona de este debate, sin duda, fue Carly Fiorina, quien mostró ser firme con sus posiciones políticas e igual de competente que sus colegas masculinos (lo cual se refleja en su salto a 2do puesto en las encuestas nacionales). Por otro lado, este debate, a diferencia del primero, minimizó bastante a Donald Trump. Mientras los otros políticos hablaban con argumentos, este candidato se limitaba a decir: "yo voy a hacer esto mejor que los demás". En conclusión, el debate republicano no fue nada distinto a lo que uno esperaría. Como siempre, había una competencia por ver quién apelaba más a su electorado, y no se tocaron los temas más importantes que enfrenta la sociedad estadounidense: cómo la reforma policial y la desigualdad socioeconómica. Peor aun, la mayoría de candidatos, como otra estrategia para apelar a su público, redujeron la complejidad de los problemas diciendo que todo era culpa de Obama y Hillary Clinton. 

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